En las sombras alargadas de un atardecer, se apaga una luz que iluminó generaciones. MTV, esa caja de sorpresas que un día de agosto de 1981 irrumpió en el mundo con el estruendo de "Video Killed the Radio Star", ha anunciado el cierre de cinco de sus canales musicales más queridos: MTV Music, MTV 80s, MTV 90s, Club MTV y MTV Live. El 31 de diciembre de 2025, sus señales se desvanecerán como un fade-out en un videoclip olvidado, dejando un vacío que ni el streaming más voraz podrá llenar. 

 Imagina el salón de una casa cualquiera en los ochenta: un adolescente con el pelo teñido de colores imposibles, pegado a la pantalla mientras Madonna desfila en "Like a Virgin", o Nirvana irrumpe con su rabia cruda en los noventa, cambiando el curso de la historia con un simple riff de guitarra. Esos canales no eran solo televisión; eran portales a la rebeldía, al primer beso robado bajo la luz parpadeante de un monitor CRT, a las noches en vela donde la música era el único idioma universal. Hoy, Paramount Global, ahogada en las presiones de una industria que prioriza el algoritmo sobre el alma, decide desconectar esos hilos invisibles que tejieron nuestra juventud.

 No es un cierre total –el MTV principal perdurará, mutado en un ecosistema de realities y contenidos efímeros–, pero el golpe resuena como un acorde menor en una balada de despedida. En Europa, donde estos canales han sido faros para millones, el silencio que vendrá será ensordecedor. "Es el fin de una era", murmura un comunicado oficial de la compañía, pero las palabras se sienten huecas, como un estribillo repetido hasta el hastío.  En redes sociales, los tributos llueven como lágrimas contenidas: playlists nostálgicas, memes con el logo de la luna aterrizando, y confesiones de cómo "MTV 90s" salvó tardes grises con el eco de Oasis o Spice Girls.

 Mientras el mundo avanza hacia pantallas táctiles y playlists personalizadas, uno no puede evitar detenerse en el umbral de este adiós. ¿Qué queda de nosotros sin esos ritmos que marcaron el pulso de nuestras vidas? MTV no muere; se transforma, como todo. Pero en esta noche de octubre, con el viento carrying ecos de "Bohemian Rhapsody", sentimos la melancolía de lo que se pierde: no solo canales, sino fragmentos de un yo que bailaba sin pudor, soñaba sin límites, y amaba con la intensidad de un solo estribillo. Que el 2025 termine, sí, pero que su música siga sonando en el corazón de quienes la supimos escuchar.